He sufrido trastorno de ansiedad durante prácticamente toda mi vida pero ha sido en este año, 2023, cuando me lo diagnosticaron y he sido plenamente consciente de su impacto en mi día a día, tanto para bien como para mal.
Me gustaría compartir mi experiencia personal con la ansiedad por si también puede ayudarte a ti.
He sufrido varias depresiones a lo largo de mi vida y más de una crisis emocional, incluso existencial. Estoy hablando de cosas como: pensar que te va a dar un infarto por tu cantidad de nervios, pedirles a tus padres que con 19 años te hagan un electro “por si acaso”, dolores de cabeza frecuentes, bruxismo, el síndrome de la impostora, compararme con los demás, creerme incapaz, querer que se parara “literalmente” el mundo cuando un ser querido mío se marchó, querer morir porque ese ser ya no estaba en el mismo plano, a la misma vez tener miedo a la muerte, creer que el mundo conspira contra ti, ataques de ira, rabia… vamos, una coctelera de emociones. Seguro que alguna sabe de qué hablo…
Obviamente la ansiedad ha tenido consecuencias en mi vida, tanto en la personal como en la laboral, pero diría que son más positivas que negativas. Durante este viaje estoy aprendiendo a ver las cosas de otra manera y me gusta sacar el aprendizaje y tratar de ver lo positivo de cada situación, por muy difícil que parezca al principio ( y créeme, he pensado muchas veces “no voy a poder salir de ésta”). Las personas que realmente me conocen y me quieren, son las que me han apoyado desde el principio y han permitido con su cariño y acompañamiento que hoy pueda hablar de ello sin avergonzarme, pues no ha sido nada fácil.
En mi vida personal, soy (o solía ser…) un “manojo de nervios”, siempre controlando todo y planificando. Discusiones absurdas con mi pareja y enfados sin sentido que ni sabía de dónde venían. Y en mi vida laboral, pues te puedes imaginar, he sido muy exigente, principalmente conmigo misma (y también con los demás) a la vez que muy responsable, tanto, que hasta puse mi salud en juego. Obviamente, todo ésto sin darme cuenta… pero al fin y al cabo, como dice Borja Vilaseca,
todos somos 100% co-responsables de nuestras circunstancias.
Mi cuerpo me mandaba señales que ignoré durante muchísimo tiempo pero gracias a la ansiedad y a su perseverancia, llegó un día en el que me decidí a parar y escuchar qué quería decirme realmente mi cuerpo. Así comencé este 2023, con una gran crisis personal. La Laia de principios de 2023 diría “me ha pasado de todo” pero la Laia de hoy, la transformada después de la crisis, te dice “las circunstancias de mi vida que se han dado durante este año eran las necesarias para que yo evolucionara y soy yo la única que puede decidir cómo responder ante ellas”.
Pues ahí está la clave… nunca en el exterior sino en el interior. La realidad puede ser de mil maneras y para bien o para mal, no la podemos controlar. Lo que sí podemos controlar es cómo respondemos ante ella. Eso sí, requiere de un aprendizaje continuo y como me gusta llamarlo a mí “de entrenar el músculo de la consciencia” a diario.
Durante esta crisis, que probablemente no sea la última, he leído muchísimos de libros de autoayuda, he realizado cursos de crecimiento personal y autodescubrimiento y he realizado un ejercicio consciente introspección, es decir, de mirar hacia adentro, que da mucho miedo, y ponerme en acción para transformarme a mí y no al mundo. ¡¡Esa es la clave!! Y lo bueno, es que todos podemos hacerlo.
En otro artículo hablaré detenidamente de lo que me ha servido en mi experiencia pero si tuviera que mencionar las técnicas más efectivas que he usado, y sigo usando, son: reprogramación mental, meditación y el ejercicio. Para mí, ha sido un antes y un después. Y las personas que me conocen, te lo podrán decir y corroborar.
Para ponerlas en práctica se necesita de mucha disciplina y predisposición. Yendo de menos a más hasta que un día, sin darte cuenta, forma parte de ti. Me he ayudado, entre otras, de las maravillosas alarmas del móvil, truquito de mi marido, que me recordaban qué cosas tenía que hacer para mi crecimiento porque mi mente se iba siempre por el camino más fácil y las evitaba (tranquil@, ¡es algo que nos pasa a todos!). Pero la alarma me ayudaba a recordarlo cuando no tenía el hábito integrado. Y los resultados son MARAVILLOSOS. Soy mucho más consciente de mis pensamientos, de mi estado de ánimo, de mi cuerpo… No significa que ya no tenga los síntomas, no, los síntomas siempre estarán a lo largo de la vida, en mayor o menor medida, sino que soy consciente de los mismos y que ahora sé cómo afrontarlos y ponerles remedio.
No me arrepiento de nada de lo que ha ocurrido en mi vida este año, es más me siento agradecida. Pues por fin, me he podido quitar la venda de los ojos.
“La libertad conlleva responsabilidad. Por eso, a la mayoría de las personas, les aterroriza — George Bernard Shaw”.
¿Significa todo ésto que ya no tengo ansiedad? No, significa que ya no la temo y que no la evito, sino que la escucho y ella misma me guía. La ansieda es mi consejera.
Si quieres empezar por algo super sencillo y útil te aconsejo que te dediques solo 5 minutos de ti al día. Incluso si 5 te parecen mucho, empieza por 1 minuto o por 30 segundos, y durante ese tiempo, haz algo que verdaderamente te plazca: leer, reír, cantar, bailar, jugar, deporte. En definitiva, algo que conecte contigo y mantenga tu mente y cuerpo unidos.
Me gustaría en mis próximos artículos contarte más acerca de estos cambios que he realizado y que me han sido tan útiles porque, de corazón, creo que pueden ayudar a más de una persona y hacer de este este mundo un mundo más consciente.
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